Éste día me desperté reflexionando sobre todas las cosas que no te dije, y tratando de entender porque me transforme en un ser desconfiado, incapaz de demostrar carinio, llegué a la siguiente conclusión:
No te dije que te quiero las mil veces que lo pense y senti; porque entonces sabrías que siempre estás en mi mente, cada día, cada instante, que vives en mis suenios y provocas mis deseos.
No te dije que hay momentos en que me aprisiona el temor de perderte; porque entonces sabrías que te convertiste en una fuerte necesidad, en mis ganas de seguir y por lo tanto, en mi punto débil.
Tampoco te dije que cuando vos no estás me siento vacía; porque entonces sabrías que no soy tan fuerte y decidir el rumbo de mis sentimientos ya no está en mis manos.
No te dije que cuando escucho tu voz se ilumina todo; porque entonces sabrías que gracias a vos no me siento sola, que me diste un maravilloso regalo: la ilusión de volver amar de verdad.
Al no haberte dicho todo esto me siento tranquila, porque sé que aun así sabes que te amo y me haces sentir amada, así tan simple, sin palabras.